El proceso de conformidad según S. Asch

Asch confiaba plenamente en la capacidad de las personas para mantener su propia opinión y resistir la presión social. Según él, los resultados del experimento de Sheriff se debían a que el estímulo era ambiguo, por ello diseñó un experimento similar pero en el que el estímulo no daba lugar a error. Creó un falso experimento sobre la capacidad de juicio visual de las personas en el que ponía a prueba dicha capacidad mediante la comparación de pares de líneas. En un lado mostraba una línea vertical de una determinada longitud y al lado mostraba otras tres líneas de diferentes longitudes, como se observa en la siguiente imagen.
El grupo de personas con el que experimentaba consistía en unas ocho personas, de las cuales, todas excepto una, eran cómplices de Asch, dejando un sólo sujeto de experimentación real. La pregunta que realizaba al grupo de sujetos era: "¿Cuál de las líneas de la derecha tiene la misma longitud que la de la izquierda?". La situación de los sujetos estaba diseñada para que el sujeto real fuera el último en responder. El experimento consistía en un total de 18 comparaciones, de las cuales los sujetos cómplice tenían la indicación de responder erróneamente en 12. No obstante, debían comenzar respondiendo bien y comenzar a equivocarse a partir de la tercera. El sujeto real realizaba las dos primeras pruebas sin problema y de acuerdo con el resto del grupo, pero a partir de la tercera quedaba muy extrañado por las respuestas erróneas y respondía la correcta cada vez con más ansiedad, e incluso a veces cedía y respondía erróneamente. El 70% de los sujetos reales cedieron al menos una vez, y los que no lo hicieron experimentaron una gran ansiedad. En conclusión, Asch tuvo que aceptar que las personas ceden a la presión grupal con mucha facilidad. El siguiente vídeo muestra un resumen de este experimento:

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